Los dentistas nos mostramos preocupados por el aumento de casos de blancorexia que es la obsesión por tener los dietes blancos y esto es altamente perjudicial para la salud oral.
La blancorexia puede suponer que gente que la sufra se ponga en manos de personas “no cualificadas” para realizar dichos tratamientos y no hacerlo con la supervisión necesaria.
Ante esta emergente moda, el mercado ha puesto a disposición de los ciudadanos numerosos centros y productos de blanqueamiento que no cuentan con la supervisión de un profesional cualificado.
Un tratamiento de blanqueamiento dental requiere la utilización de productos químicos que sin un uso adecuado pueden ser perjudiciales.
El abuso de las sustancias blanqueantes pueden llevar a irritaciones en las encías, pérdida del esmalte, cambios de sabor en la lengua, necrosis pulpar y como consecuencia la pérdida del diente.
Únicamente los dentistas pueden garantizar un tratamiento adecuado para cada paciente, cuando es conveniente realizarlo y cuánto tiempo debe pasar entre tratamiento y tratamiento.
Porque el color natural de los dientes no es blanco totalmente, sino que es lo más cercano a un marfil y está asociado a la génetica.
Para evitar tener que recurrir habitualmente al blaqueamiento dental, los dentistas recomendamos evitar el tabaco, el café, las bebidas carbonatadas, el vino, y determinadas salsas.
En cualquier caso recomendamos un blanqueamiento dental bajo control profesional.